ACNUR busca apoyo regional tras la tragedia en alta mar sufrida por personas que huían de Myanmar
ACNUR busca apoyo regional tras la tragedia en alta mar sufrida por personas que huían de Myanmar
GINEBRA, 13 de noviembre (ACNUR) – El pasado martes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados hizo un llamamiento a los países del Asia Sudoriental para que mantengan las fronteras abiertas a las personas que huyen de Myanmar por vía marítima, tras conocerse el hundimiento este mes en la Bahía de Bengala de dos barcas con decenas de personas a bordo. El ACNUR también instó al Gobierno de Myanmar a hacer frente a este problema de desplazamientos.
"Hacemos un llamamiento a los países de la región para que refuercen el principio de distribución de la carga ante esta creciente emergencia humanitaria", explicó Melissa Fleming, portavoz del ACNUR, a los periodistas en Ginebra. "Estamos preparados para ayudar a los Estados a proteger a estas personas y a prestarles asistencia", añadió.
La portavoz se refirió a la gran preocupación que existe en el ACNUR por las recientes tragedias acaecidas en la Bahía de Bengala, donde se hundieron dos barcas que transportaban a personas que huían de la inseguridad y la violencia imperantes en Myanmar. En las dos últimas semanas se ha informado del hundimiento de dos barcas al oeste del país, en las que viajaban unas 240 personas a bordo, entre las cuales había personas de la etnia Rohingya procedentes del estado de Rakhine, en Myanmar.
"El ACNUR no puede confirmar las cifras, dado que no está presente en las zonas próximas a los lugares en los que se produjo el hundimiento, pero, según la información disponible, más de 40 personas han sido rescatadas de las dos barcas y se han visto cuerpos flotando en el agua", dijo Melissa Fleming.
La portavoz señaló que estos dos accidentes constituyeron un inicio "alarmante" de la tradicional temporada de navegación en la Bahía de Bengala, durante la cual solicitantes de asilo y migrantes irregulares arriesgan sus vidas en barcas de pesca con la esperanza de encontrar seguridad y una vida mejor en otras zonas del Asia Sudoriental.
Según las estimaciones, entre 7.000 y 8.000 personas procedentes de Myanmar viajaron por la Bahía de Bengala durante la anterior temporada de navegación, que tuvo lugar desde octubre de 2011 a marzo de 2012, y se teme que en las próximas semanas pueda haber muchas más huyendo de la desesperación y la desesperanza.
"El ACNUR insta al Gobierno de Myanmar a adoptar medidas urgentes para abordar algunos de los principales factores de expulsión, en particular las cuestiones relacionadas con el problema de la ciudadanía y la apatridia que afecta a los Rohingyas", dijo Melissa Fleming.
La ya precaria situación en el estado de Rakhine se agravó aún más el pasado mes de junio y en octubre se recrudeció de nuevo con el estallido de violencia intercomunitaria que provocó la muerte de decenas de personas, la destrucción de miles de hogares y el desplazamiento de más de 110.000 personas.
Ahora reina una calma frágil, pero siguen existiendo fuertes tensiones. Además, para prestar asistencia humanitaria urgente a las dos comunidades afectadas es necesario resolver las causas fundamentales del conflicto, a fin de que los Rohingya puedan vivir una vida normal en las zonas en las que habitan.
Al tiempo que hace un llamamiento a los otros estados para que mantengan sus fronteras abiertas, el ACNUR expresa su alarma por las noticias que le han llegado de que algunos países impiden que las barcas lleguen a sus orillas o las ayudan a dirigirse a otro país. "Instamos a estos gobiernos a que mantengan su larga tradición como prestadores de ayuda humanitaria a los refugiados en lugar de transferir su responsabilidad a otro Estado", señalaba Melissa Fleming.
Gracias a la voluntaria de UNV Online Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.