Las familias afectadas por el conflicto en Sudán del Sur encuentran seguridad en Sudán
Las familias afectadas por el conflicto en Sudán del Sur encuentran seguridad en Sudán
ESTADO DE NILO BLANCO, Sudán, 12 de abril de 2017 (ACNUR) -- Un número creciente de sursudaneses afectados por el conflicto y la falta de alimento que aqueja a su país han decidido realizar a pie, el arduo viaje a la frontera norte para cruzar a Sudán, lo que implica que muchos de ellos tengan que dejar a sus seres queridos atrás.
Ezekiel* de cuarenta y cinco años vive actualmente en Al Waral, uno de los seis campamentos de refugiados que se localizan en la costa occidental del rio Nilo Blanco. Él se encuentra ahí con su madre, Aywein, de 65 años, y sus dos hijos Patrick y Pasonta.
Ezekiel recuerda que sus problemas comenzaron después de que hombres armados robaran sus últimas vacas cerca de su pueblo en el estado del Alto Nilo, dejándolo sin su principal fuente de alimento y con pocas opciones de supervivencia. De igual manera él tenía miedo de los "continuos vuelos de aviones de combate y del sonido de la artillería pesada".
Por lo anterior él decidió irse. "Tuve que empeñar mi pequeña parcela para conseguir dinero para el viaje", menciona Ezekiel. Él contrató un chofer de tractor para que los llevara hasta la frontera con Sudán, en lo que esperaba que fuera un viaje de tres horas. Sin embargo, ellos fueron abandonados en medio de la nada y tuvieron que caminar durante tres días para llegar a la frontera.
"Fue muy doloroso separar a los niños de su madre"
Su esposa Achewil se rehusó abandonar Sudán del Sur, por lo tanto Ezekiel tuvo que tomar la difícil decisión de seguir sin ella, pero con la esperanza de que algún día su familia se reuniría en Sudán. "Fue muy doloroso separar a los niños de su madre", dijo visiblemente triste.
La madre de Ezekiel, Aywein, cuidaba de sus nietos. Ella preparaba alimentos simples y transportaba dos pequeñas vasijas de agua que les ayudaron a mantenerse con vida durante el viaje.
En el ocaso, Ezekiel arribó a El Maganis (Sudán), uno de los principales puntos de entrada en Nilo Blanco. A su llegada él fue recibido por la Sociedad de la Media Luna Roja de Sudán.
Él recuerda haber recibido comida, colchonetas y mantas. Él y su familia pasaron la noche en la frontera y fueron transportados en camión al campamento de refugiados de Al Waral la mañana siguiente.
"Estábamos exhaustos y dormimos como nunca", explicó.
Ezekiel y su familia se unieron a otros 20.000 refugiados sursudaneses en el campamento de Al Waral, y alrededor de 130.000 refugiados en el estado de Nilo Blanco.
Él está preocupado por su futuro. "Yo soy un campesino y un criador de vacas. No sé a lo que me voy a dedicar en Sudán. Tengo que encontrar algo que hacer aquí y buscar trabajo para alimentar a mi familia", dijo.
"Veo a mi madre en mis sueños"
Su prioridad inmediata es encontrar un lugar en la escuela para sus dos hijos, diciendo que "la educación es el instrumento para mejorar su futuro, no las armas".
Su hija de 10 años también teme al futuro y recuerda varias de las cosas que dejó en Sudán del Sur. "Extraño a mi madre, mi escuela verde, mis momentos felices con mis primos y muchas otras cosas más", dijo ella.
"Veo a mi madre en mis sueños, limpiando el patio de nuestra casa, y pienso en ella cuando estoy despierta". Ella anhela el día en que la podrá ver otra vez. Su hermano de siete años sonríe tímidamente, al abrazarse de su padre y de su abuela.
Con su familia desmembrada por circunstancias fuera de su control, Ezekiel menciona que se mantendrá fuerte y enfocado en el futuro de su familia.
A su llegada, los nuevos refugiados sursudaneses buscan a vecinos y viejos amigos. Con frecuencia se logra hacer contacto con viejos amigos antes de solicitar asistencia en los campamentos o con las agencias humanitarias.
Algunos tienen la fortuna de reunirse con sus familias en Sudán.
Ahmed Khairy, que trabaja como administrador en el campamento Al Waral a cargo de la Sociedad de la Media Luna Roja sudanesa, dice que varios residentes esperan por los nuevos refugiados y preguntan por sus familiares que están desaparecidos o que todavía permanecen en su país.
"Ver cómo los nuevos refugiados logran reunirse con miembros de su familia es impresionante y conmovedor", agregó, lo que hace que su trabajo sea aún más significativo.
El flujo de personas desde Sudán del Sur ha incrementado de manera constante con más de 80.000 nuevos refugiados arribando a Sudán en los primeros tres meses de 2017.
El número de nuevos refugiados ha superado las expectativas, manifestando el deterioro de la situación en Sudán del Sur. La representante del ACNUR en Sudán, Noriko Yoshida, ha hecho un llamado a la comunidad internacional para continuar ayudando a Sudán con la emergencia de refugiados.
Sin embargo, también mencionó: "Finalmente, tiene que haber una solución para Sudán del Sur, para que sus habitantes no tengan que huir hacia los países vecinos".
Yoshida expresó su gratitud hacia Sudán, quien continúa con sus fronteras abiertas y recibiendo refugiados. Alrededor de 380.000 refugiados sursudaneses han arribado a Sudán desde diciembre de 2013. La mayoría de los nuevos refugiados son mujeres y niños.
ACNUR y sus socios han solicitado a donantes internacionales $166 millones de dólares para ayudar a los refugiados y a las comunidades que dan asilo en Sudán. Desde marzo de 2017 menos del 10% de los fondos requeridos han sido recibidos. El aumento en la cantidad solicitada será evaluado en las próximas semanas.
*Los nombres de esta historia fueron modificados.
Por Mohamed Elnaiem y Steven O'Brien
Gracias al Voluntario en Línea Pablo Riquelme por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.