Refugiada siria emprende en São Paulo y acumula seguidores en las redes sociales
Refugiada siria emprende en São Paulo y acumula seguidores en las redes sociales
SÃO PAULO, Brasil, 15 de marzo de 2018 (ACNUR) – Razan era profesora de inglés para niños y nunca había salido de su ciudad natal, Alepo, en Siria. Con la guerra y la intensificación de los bombardeos, fue forzada a abandonar la ciudad por primera vez en 2014, sin saber cuál sería su destino final, sin saber que, en medio del conflicto, estaba embarazada.
Cuando aún vivía en Siria, Razan esperaba permanecer al lado de su familia y agotó todas las posibilidades antes de tomar la difícil decisión de abandonar a las personas próximas y todos los bienes que había conquistado. En busca de seguridad, ella se mudó de casa varias veces y aun así no estaba protegida de los ataques aéreos. "Caían muchas bombas a cada minuto, tres primos míos murieron en un ataque en una de las casas donde yo vivía" dijo la joven de 28 años. "Con la guerra, perdimos todo y tener acceso a bienes esenciales, como comida y agua, era como si fuese un sueño".
Razan siguió entonces camino para el Líbano, en compañía de su marido. Un viaje difícil, costoso e inseguro, repleto de tensión y angustia. La vida en ese país también era difícil, algo que se extiende hasta los días de hoy. Más de tres cuartos de los refugiados en la áreas urbanas de Jordania y del Líbano no consiguen suplir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y educación. Mientras se cumplen siete años de conflicto armado en Siria, las condiciones para millones de sirios en el exilio se están deteriorando y la gran mayoría vive debajo de la línea de pobreza.
Luego de tres meses en el Líbano, Razan y su marido obtuvieron la visa humanitaria en la Embajada de Brasil, juntaron los últimos recursos para comprar los pasajes aéreos y llegaron en seguridad al entonces desconocido país. Nuevamente, el inicio no fue fácil, principalmente por la dificultad asociada al aprendizaje del idioma local y de la cultura "bastante diferente de lo que yo imaginaba que sería".
En el aeropuerto internacional de Guarulhos, a su llegada, Razan sintió un mal estar, pero no imaginaba que traía una novedad: se trataba de su hijo Alan, nascido en el Brasil y que recientemente completó los cuatro años de edad.
Como muchas otras personas refugiadas, Razan no consiguió un empleo en su área de conocimiento. Sin embargo, con determinación y empeño, aprendió el idioma y participó de iniciativas de capacitación y emprendeduría promovidas por ACNUR y sus socios, como el proyecto Empoderamiento Refugiadas.
Actualmente su página de Facebook, Razan Comida Árabe, ya tiene más de 7.700 seguidores y se convirtió en un ejemplo de buenas prácticas, compartiendo sus conocimientos con otras mujeres refugiadas que pretenden emprender en las redes sociales.
Incansable en su trayectoria, Razan reconoce las dificultades que enfrentó y mira hacia adelante para poder seguir adquiriendo nuevos conocimientos y para inspirar a otras personas a seguir sus pasos.
"Hoy, finalmente, me siento segura, feliz por estar con mi familia recomenzando nuestras vidas con dignidad y perspectivas de un futuro pleno. Agradezco a los brasileros por tan buena acogida y me siento en casa en esta tierra que hace parte de mi vida soñada".
Por Miguel Pachioni, en São Paulo, Brasil
Gracias al Voluntario en Línea John Alejandro Clavijo Ayala por el apoyo ofrecido con la traducción del portugués de este texto.