Aumentan la tensión y los traumas entre las víctimas tras el tifón en Filipinas
Aumentan la tensión y los traumas entre las víctimas tras el tifón en Filipinas
Mientras la ayuda comienza a llegar con cuentagotas a los supervivientes del tifón Haiyán en Filipinas, también conocido como "Yolanda", ACNUR está recibiendo información de sus socios gubernamentales y otras contrapartes acerca de la creciente tensión y los traumas que están experimentando especialmente entre las mujeres, niños y niñas más vulnerables.
ACNUR está codirigiendo el Grupo de trabajo especializado en protección junto con el Departamento de Bienestar Social y Desarrollo, en el marco de la respuesta de emergencia interagencial. El personal de ACNUR ha estado en comunicación con las autoridades locales y otros socios en materia de protección en las nueve regiones afectadas por el tifón, con el fin de evaluar la seguridad física de los supervivientes, así como el acceso a los servicios básicos y a la asistencia humanitaria. La Agencia de la ONU para los Refugiados también está analizando las necesidades de protección de las mujeres, niños, niñas y otros grupos vulnerables, como las personas mayores, los discapacitados y los grupos minoritarios.
A día de hoy se estima que más de 800.000 personas se encuentran desplazadas a causa del tifón. Aquellas personas cuyas viviendas estaban ubicadas a lo largo de la costa están expuestas al riesgo de más inundaciones debido a una nueva tormenta que ha tocado tierra hoy. Algunas personas desplazadas prefieren permanecer en sus casas, parcialmente dañadas, en lugar de acudir a los más de 1.400 centros de evacuación, mientras otros se han construido refugios improvisados cerca de sus hogares.
Los supervivientes necesitan urgentemente alimentos, agua potable, medicinas, ropa y lonas plásticas impermeabilizantes. Sin embargo, como las carreteras y puentes se encuentran gravemente dañados y los escombros aún no han sido retirados, el acceso humanitario se está viendo obstaculizado, especialmente en áreas remotas. Esto contribuye al quebrantamiento del orden público, y a que algunas personas desesperadas hayan saqueado tiendas para conseguir alimentos y agua. Según algunas informaciones no contrastadas, se están desvalijando cajeros automáticos y se están produciendo robos de materiales de ayuda humanitaria.
Para ayudar a garantizar un reparto seguro y justo de la ayuda humanitaria, es preciso que la distribución de la asistencia se realice en coordinación con el gobierno nacional, el cual lidera la coordinación para la gestión de esta crisis, así como como con las agencias humanitarias. Los supervivientes traumatizados necesitan atención psico-social. También se debe reforzar el trabajo a pie de campo en las zonas afectadas para proporcionar información precisa sobre las cuestiones de protección. Esto ayudará a mejorar el seguimiento de los incidentes y a establecer un sistema de protección contra la violencia sexual enfocado en los supervivientes.
La situación actual está poniendo a las personas ya de por sí vulnerables en una situación de especial riesgo. Las mujeres y los niños están pidiendo limosna en las calles, estando expuestos a abusos y explotación. Como las líneas eléctricas aún no han sido restablecidas, la falta de iluminación hace que las mujeres y los menores sean más vulnerables, tanto si se encuentran en sus casas como en los centros de evacuación, y especialmente por la noche.
ACNUR tiene previsto distribuir lámparas solares para mitigar los riesgos de la violencia de género y reforzar la protección de las familias desplazadas. ACNUR también ha movilizado sus reservas nacionales de lonas plásticas, mantas, ropa y otros artículos de primera necesidad para 1.400 familias. Esta ayuda se complementará con tiendas de campaña y material de ayuda humanitaria para 16.000 familias. Estos materiales se enviarán mediante un puente aéreo en los próximos días.
Como colíder del grupo de trabajo especializado en protección, el principal objetivo de ACNUR es ayudar al Departamento de Bienestar Social y Desarrollo y a otras autoridades competentes, como la Comisión de Derechos Humanos, para establecer mecanismos de protección en las zonas afectadas por el tifón.
El personal de ACNUR aporta sus conocimientos especializados en emergencias y apoyo técnico para abordar los problemas de protección, y también ayudará a las autoridades filipinas a garantizar la puesta en marcha de un sistema para que las poblaciones desplazadas tengan acceso a la documentación civil y a los servicios básicos.
Está previsto que un primer puente aéreo de ACNUR parta mañana miércoles desde Dubai hasta Cebú. Asimismo, ACNUR ha desplegado en Filipinas un equipo de emergencia que incluye especialistas en protección. La Agencia de la ONU para los Refugiados prevé el envío a Filipinas de nuevos vuelos con material humanitario a lo largo de esta semana.