Nuevos desplazamientos en el este, sur y oeste de Libia
Nuevos desplazamientos en el este, sur y oeste de Libia
Los intensos enfrentamientos entre grupos armados rivales en las ciudades Bengasi y Derna, en este de Libia, así como en Ubari, en el sudeste del país, y Kikla, en el oeste, están avivando la crisis de desplazamiento. Al menos 106.420 personas han huido de sus hogares sólo durante el pasado mes, lo que significa que el número de personas desplazadas por la violencia desde mayo supera las 393.400.
Al mismo tiempo, la inseguridad está obstaculizando las operaciones humanitarias. Las agencias de ayuda siguen intentando calcular la escala real de esta oleada de desplazamiento interno. ACNUR ha confirmado los informes de sus ONG socias, que señalan que 56.500 personas han huido de Bengasi durante las últimas semanas (incluyendo a 2.500 personas de Tawerga, que previamente habían buscado refugio allí tras huir de anteriores olas de violencia en 2011). Más personas siguen huyendo de Derna, situada a unos 170 Km de Tobruk, aunque todavía no hay confirmación sobre su número exacto. Los comités de crisis locales en el sureste confirman que unas 11.280 personas han huido del conflicto en Ubari, mientras que en el oeste, los grupos civiles informan de que 38.640 personas se han visto desplazadas forzosamente en Kikla, incluyendo a muchas mujeres y niños.
Las personas desplazadas en Libia se encuentran repartidas en 35 ciudades y necesitan de manera urgente cobijo, atención médica, alimentos, agua y otros productos básicos. Los combates han sido especialmente violentos en Bengasi, de donde la población ha huido hacia localidades cercana como Al Marj, Ajdaviya, Al Bayda y Misrata. Estos pueblos están alcanzando el límite de su capacidad para ayudar a los desplazados. Al Marj ha tenido que cerrar sus escuelas para alojar a las personas que no podían quedarse con familias de acogida. Al Bayda y Tobruk también están realizando un gran esfuerzo para facilitar la acogida del creciente número de desplazados que buscan refugio allí. Las escuelas en Tobruk también se cerrarán para acoger a los desplazados.
Para ACNUR, es de especial preocupación la situación de unos 2.500 habitantes de Tawerga que huyeron de su campo en Bengasi a mediados de octubre, y ahora se encuentran en parques, colegios y aparcamientos en Ajdabiya y pueblo cercanos, sólo con lonas plásticas y algunas tiendas de campaña para resguardarse.
El viento y la lluvia de los próximos meses de invierno que se serán especialmente duros para las mujeres, niños y ancianos, que carecen de ropa de abrigo, calefactores y tiendas y refugios con aislamiento.
Los convoyes de ayuda transfronteriza son el único medio para conseguir llevar suministros. Si en agosto y septiembre ACNUR y sus socios llevaron asistencia a unos 19.000 desplazados gracias a convoyes transfronterizos, en este momento la Agencia de la ONU para los Refugiados se enfrenta a limitaciones de financiación y acceso.
ACNUR también está preocupado sobre el bienestar de unos 14.000 de los 37.000 refugiados y solicitantes de asilo registrados (casi la mitad procedentes de Siria) en Libia, atrapados en las zonas en conflicto o incapaces de acceder a alimento para ellos mismos y sus familias. En tiempo de conflicto, los refugiados, los solicitantes de asilo y los inmigrantes a menudo son vistos con recelo y padecen la animadversión hacia los extranjeros. Sin alternativas, muchos han partido de forma irregular en embarcaciones hacia Europa. En lo que va de año, más de 156.000 personas han llegado a Italia, de las cuales más del 85% desde Libia.
ACNUR hizo público ayer su último posicionamiento con respecto a los retornos a Libia, en el que pide a todos los países que permitan el acceso a su territorio a los civiles que huyan del conflicto en Libia. ACNUR también insta a todos los Estados a suspender los retornos forzados a Libia hasta que la seguridad y la situación en materia de derechos humanos mejoren considerablemente.
El documento está disponible en: www.refworld.org/docid/54646a494.html.