Voluntarios iraquíes, a su vez refugiados, ayudan a otros a alcanzar la seguridad en Alemania
Voluntarios iraquíes, a su vez refugiados, ayudan a otros a alcanzar la seguridad en Alemania
SALZBURGO, Austria, 12 de octubre de 2015 (ACNUR) – Los amigos de infancia Hussein y Jaffa huyeron juntos de Irak, arrasado por la guerra, cruzando siete fronteras y el mar Egeo para buscar refugio en Europa. Mientras están como solicitantes de asilo en Austria, han decidido ayudar a los que han seguido sus pasos.
Vistiendo chalecos reflectantes, sirven como voluntarios en un campamento improvisado en el lado austríaco de un puente entre Austria y Alemania. Allí ayudan a unos 1.000 refugiados, que llegan con los pies destrozados, a obtener comida caliente, asistencia médica, tiendas de campaña para dormir y ropa de abrigo para combatir el frío otoñal.
"Esto es algo que quiero hacer aquí – ayudar a la gente y mantenerme ocupado", dice, con su tono de voz suave, Jaffa, de 23 años, robando un momento para conversar mientras hace de intérprete para los refugiados de lengua árabe que se dirigen a Alemania – el final del viaje para muchos de ellos.
Muchos han viajado desde países asolados por la guerra, como Siria, Irak y Afganistán, en barco, tren, automóvil y a pie. Solo les falta pasar los cordones de la policía austríaca y alemana sobre el puente que une a los dos países vecinos.
Demasiado exhausto para proseguir en su viaje, que duró semanas, cuando él mismo estaba huyendo del peligro, Jaffa se encuentra entre las 57.000 personas que han solicitado asilo en Austria en lo que llevamos de año.
Antiguo soldado en el ejército iraquí, vio cómo amigos y camaradas eran masacrados por unos insurgentes mejor preparados. Cuando recibió la orden de entrar en combate en Tikrit, Jaffa optó por unirse a Hussein, un amigo de infancia de su ciudad natal, Basora, en el sur de Irak, y buscar juntos la seguridad en Europa.
Las perspectivas no eran menos sombrías para Hussein. Según explica él mismo, tenía 13 años cuando unos soldados de la coalición lo sacaron de las calles para que trabajara para ellos al oírle hablar inglés. Pero lo dejaron atrás cuando se retiraron de Irak, a pesar de que estaba amenazado por las milicias locales. Después de que unos pistoleros asesinaran a su esposa, a su hijo y a su padre este año, Hussein se vio finalmente obligado a huir.
En los últimos meses, los dos amigos han hecho varios y peligrosos intentos de cruzar a Turquía por mar antes de desembarcar finalmente en Grecia y conseguir llegar a Hungría, antes de que este país cerrara sus fronteras.
"Nos unimos a cientos de personas que se tomaron de las manos y caminaron juntas [desde Budapest] hasta Austria", dice Jaffa. "Nos sentimos realmente bienvenidos aquí".
Alemania espera acoger a 800.000 refugiados este año, y las llegadas por mar a Grecia han superado, hasta este mes, las 441.000. El número de refugiados que llegan a estos países y que necesitan inscribirse y recibir protección está ejerciendo una enorme presión sobre los gobiernos europeos.
En los diez días que Hussein y Jaffa llevan ayudando a los refugiados que se preparan para cruzar la frontera hacia Alemania, la angustia que sienten sobre su propio futuro va en aumento. Aun no tienen noticias de sus solicitudes de asilo y con poco dinero disponible, les han comunicado que pronto deberán dejar su alojamiento en una tienda de campaña.
Pero, mientras esperan a que se resuelva su propio estatus incierto, sus esfuerzos por tender puentes que superen las barreras culturales y lingüísticas para las personas de lengua árabe que buscan la seguridad en Europa han sido bien recibidos, tanto por los refugiados como por la comunidad.
"Es fantástico ver lo bien que la sociedad civil y las autoridades están trabajando juntas para facilitar la ayuda que tan urgentemente necesitan los refugiados", dice Christoph Pinter, jefe de ACNUR en Austria. "Y estamos emocionados por el hecho de que tanto refugiados como solicitantes de asilo de la región también estén trabajando como voluntarios, ofreciendo tanto sus conocimientos del idioma como de ambas sociedades", explica. "Esto es muy valioso".
Por Rebecca Murray, desde Austria.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.