Programas y alianzas deportivas
Programas y alianzas deportivas
El deporte también puede ser un catalizador para el cambio positivo que empodera a las comunidades refugiadas, fortalece los lazos sociales, cuenta historias positivas y brinda oportunidades para alcanzar sueños.
ACNUR trabaja para utilizar la capacidad única de los programas y las alianzas deportivas para mejorar la vida no solo de las personas desplazadas y apátridas, sino también de las comunidades en las que viven.
Los deportes y los juegos han estado presentes en los entornos humanitarios desde que ACNUR trabaja con personas forzadas a huir de conflictos y persecuciones. Durante la mayor parte de este tiempo, el deporte se ha visto como una distracción para la juventud en lugar de una herramienta positiva para apoyar a las comunidades desplazadas. En años recientes, el enfoque hacia el deporte se ha tornado más estratégico; de hecho, en 2022, ACNUR publicó la primera estrategia deportiva, que se titula “Mucho más que un juego”. Esta estrategia detalla la intención de ACNUR de ampliar el uso del deporte y de fortalecer la participación en el ámbito deportivo para beneficiar a las personas desplazadas y apátridas alrededor del mundo.
Reconociendo el poder de los deportes, ACNUR se esfuerza por desarrollar alianzas, programas, proyectos y herramientas para apoyar el desarrollo, la inclusión, la cohesión y el bienestar sociales – sobre todo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes – en contextos de desplazamiento. Estas ideas se plasmaron en el párrafo 44 del Pacto Mundial sobre los Refugiados, que reconoce “la importante función que pueden desempeñar las actividades deportivas y culturales en el desarrollo, la inclusión, la cohesión y el bienestar sociales, en particular de los niños [...], los adolescentes y los jóvenes, así como de las personas de edad y las personas con discapacidad”.
El enfoque de ACNUR en el programa "Deporte para la Protección" se basa en la capacidad única del deporte para involucrar a la juventud de forma activa y significativa. El deporte y el entretenimiento pueden desempeñar un papel pivote en la creación de entornos divertidos y seguros que apoyen a niñas, niños y jóvenes en su aprendizaje y crecimiento. Asimismo, pueden ofrecer un espacio en el cual abordar riesgos específicos que enfrentan la niñez y la juventud desplazadas.
En el Foro Mundial sobre los Refugiados de 2019, más de 80 entidades – desde clubes locales y organizaciones de la sociedad civil, hasta Estados miembros de la ONU y federaciones deportivas nacionales e internacionales – plasmaron su compromiso con la construcción de un mundo mejor para las personas refugiadas a través del deporte; para ello, se propusieron fomentar que haya más acceso y participación, a todos los niveles, para las comunidades desplazadas.
Dar a las personas refugiadas la oportunidad de competir en el deporte de élite puede ser una forma poderosa de demostrar que, cuando se les da la oportunidad, pueden competir al más alto nivel. En 2020, 29 atletas refugiados compitieron en los Juegos Olímpicos de Tokio; y seis, en los Juegos Paralímpicos.
Además de trabajar en todo el sistema de la ONU, ACNUR se esfuerza por lograr que la protección y el desarrollo de las personas refugiadas se incluyan en los acuerdos deportivos mundiales – como el Plan de Acción de Kazán – y en grupos como el Grupo de Trabajo Abierto sobre los indicadores del modelo deportivo de los ODS.
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