Documentos de viaje para personas refugiadas
Documentos de viaje para personas refugiadas
¿Las personas refugiadas o apátridas tienen pasaporte?
Casi siempre, son los Estados quienes emiten pasaportes para su ciudadanía. El pasaporte es un indicativo de que la persona puede volver al país emisor y de que este ofrece protección consular a quienes viajan al extranjero. Los países de destino conceden visas considerando que la persona volverá a su lugar de origen luego del período previsto.
Las personas refugiadas no deben ser devueltas al lugar del que huyeron porque corrían peligro; en otras palabras, el pasaporte de su país de origen se convierte en un riesgo si vence su visa estudiantil, laboral o de otro tipo y no se les ofrece ninguna otra opción.
Por su parte, las personas apátridas no tienen la nacionalidad de ningún país; por lo tanto, no pueden solicitar el pasaporte.
Cuando no cuentan con un pasaporte nacional, o bien cuando usarlo supone un riesgo, los documentos de viaje para personas refugiadas y apátridas son una alternativa.
¿Por qué son necesarios los documentos de viaje?
Como ocurre con los pasaportes, el propósito de los documentos de viaje es facilitar los traslados. Además, ofrecen muchos otros beneficios; entre ellos:
- Generar oportunidades laborales y educativas en terceros países. Con frecuencia, para las personas refugiadas no es fácil trabajar o estudiar en los países de asilo. Sin embargo, al contar con un documento de viaje, pueden aprovechar oportunidades educativas o profesionales en países distintos a aquel que les dio asilo. Así, las personas refugiadas pueden poner sus habilidades en práctica, ser autosuficientes, construir un mejor futuro para ellas mismas y para sus familias, así como ayudar a zanjar la falta de talento que hay en distintas partes del mundo.
- Impulsar la reunificación familiar, el reasentamiento y la repatriación voluntaria.
- Facilitar la gestión de identidad y el acceso a derechos y servicios básicos. Los documentos de viaje sirven también como identificación para que las personas refugiadas puedan, entre otras cosas, acceder a servicios financieros o enviar remesas a familiares y amistades.
- Reducir el riesgo de devolución. Los documentos de viaje permiten garantizar que las personas refugiadas tengan un lugar seguro al cual volver y que no corran el riesgo de ser devueltas por la fuerza al país del que huyeron.
- Favorecer movimientos seguros y regulares. Los documentos de viaje pueden reducir el riesgo de movimientos irregulares, que exponen a las personas refugiadas y apátridas a la explotación, los abusos, la violencia y la trata en rutas marítimas y terrestres que son igualmente peligrosas.
- Fomentar la participación activa de las personas refugiadas. Al contar con un documento de viaje, las personas refugiadas pueden viajar por el mundo para participar en eventos internacionales, pronunciarse con respecto a cuestiones que les atañen y tener presencia en espacios de toma de decisiones.
¿Por qué es necesario que las personas refugiadas cuenten con documentos de viaje de lectura mecánica?
Hoy en día, todos los documentos de viaje deben cumplir con las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional en materia de documentos de viaje de lectura mecánica. Los documentos de viaje para personas refugiadas no son la excepción. De hecho, deben ser documentos de lectura mecánica para que las personas refugiadas puedan usarlos para realizar viajes internacionales como hace cualquier otra persona que tiene pasaporte nacional.
La Organización de Aviación Civil Internacional instó a los Estados a adherir al Convenio sobre Aviación Civil Internacional para cambiar completamente a documentos de viaje de lectura mecánica para 2010 y, por tanto, dejar de usar aquellos que no lo son para 2015. Sin embargo, el acceso a documentos de viaje de lectura mecánica para personas refugiadas sigue siendo un desafío.
ACNUR aboga por la emisión y aceptación de documentos de viaje de lectura mecánica para personas refugiadas.
En concreto, estos documentos deben:
- impedir la devolución o el retorno forzado al país del que huyeron las personas refugiadas;
- facilitar su retorno a los países de asilo;
- renovarse fácilmente en las embajadas;
- garantizar el acceso de las personas refugiadas a las vías complementarias y a la reunificación familiar; y
- funcionar como identificación ante instituciones financieras y de otro tipo (de ese modo, las personas refugiadas podrán alcanzar la autosuficiencia y enviar remesas exitosamente a sus familiares y amistades en los países de asilo).
Historia de los documentos de viaje y del pasaporte Nansen
Fridtjof Nansen es quien empezó a abogar por la existencia de documentos de viaje para personas refugiadas. Nansen impulsó esta idea mientras fungió como Alto Comisionado para los Refugiados de la Liga de las Naciones; de hecho, a partir de 1922 emitió la primera versión del Pasaporte Nansen por conducto de esa institución.
Los Estados han emitido documentos de viaje para personas refugiadas desde la década de 1940. El derecho de toda persona refugiada y apátrida a contar con documentos de viaje emitidos por el país que les ha facilitado una estancia regular está consagrado en el artículo 28 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, en el Protocolo de 1967 y en la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954.