Transcripción del Discurso del Alto Comisionado en un evento en Abiyán por el Día Mundial del Refugiado
Transcripción del Discurso del Alto Comisionado en un evento en Abiyán por el Día Mundial del Refugiado
(Discurso emitido originalmente en francés)
Respetable presidente de la República; estimada Alassane Ouattara; estimado vicepresidente; Ministro de Estado, mi querido amigo; damas y caballeros; integrantes del gobierno; funcionarios electos; embajadores; socios; apreciables invitados:
Señor Presidente, me complace mucho estar aquí el día de hoy; me alegra tener la oportunidad de ser parte del fin del exilio de las personas refugiadas de Côte d'Ivoire, un hecho histórico. Pronto veremos también, según lo hemos escuchado en diversas ocasiones, lo que en la jerga jurídica se conoce como cesación – la cesación del estatuto de refugiado de las personas de Côte d'Ivoire –, que será implementada por los países de asilo en la región.
Señor Presidente, tal como lo expresé ante usted el día sábado, han sido momentos de gran emoción.
Junto con algunos de mis colegas y con la Coordinación Residente de las Naciones Unidas, acompañamos uno de los últimos convoyes previstos. Por años, alrededor de 250 ciudadanos de Côte d’Ivoire estuvieron como refugiados en Libia.
Fuimos a Liberia, a la frontera. Cruzamos el pequeño río entre ambos países, buscamos a estas personas y las acompañamos de vuelta a las costas de Côte d’Ivoire. Luego, cuando llegó el momento de desembarcar el pequeño ferry que cruza el río, se llevó a cabo una ceremonia que me conmovió profundamente.
El funcionariado de Liberia que nos acompañó entregó al funcionariado de Côte d’Ivoire copias de los certificados de nacimiento de niñas y niños que nacieron en Liberia, así como constancias educativas de personas refugiadas de Côte d’Ivoire en Liberia.
Como podrán imaginar, señor Presidente, damas y caballeros, para mí fue un momento muy emotivo porque resume todos nuestros deseos en ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, es decir, todo aquello que deseamos para las personas refugiadas en el mundo: el retorno voluntario de manera pacífica y alegre. Llegó el fin de un exilio durante el cual, no obstante, las personas refugiadas recibieron asistencia y protección de los países de asilo.
Por tanto, deseo rendirle tributo, señor Presidente, porque no olvido que fue usted quien propuso el inicio de este proceso hace un par de años, lo cual ha sido posible por diversos factores, sobre todo aquí, en Côte d’Ivoire (en concreto, la restauración de la paz y la estabilidad, los esfuerzos nacionales de reconciliación y el desarrollo económico que usted ha dirigido).
En el mismo tenor, deseo rendir tributo a los países en la región que están representados aquí, ya que tuvieron un papel central en dar la bienvenida a más de 300.000 personas de Côte d’Ivoire. Ghana, Guinea, Liberia, Mali, Mauritania y Togo, países cuya cooperación se ha fortalecido, según se indicó anteriormente, con el plan que se ideó en la conferencia ministerial que tuvo lugar aquí, en septiembre del año pasado.
Al propio tiempo, mientras ocurría todo esto, retornó más del 90% de las personas refugiadas en la región, y hay otras que aún están retornando porque las operaciones de repatriación continuarán un par de semanas más. Como ya se dijo, una de las decisiones tomadas es de suma importancia para las pocas personas que, por motivos personales, no desean retornar. En esos casos, se tienen previstas medidas de regularización.
Señor Presidente, estamos celebrando el éxito de Côte d’Ivoire en un contexto mundial bastante complejo. Literalmente, los conflictos se están multiplicando, y millones de personas están siendo forzadas a huir. Cuando no son los conflictos las causas del desplazamiento, lo es la violencia en todas sus formas, a saber: persecuciones y discriminación, que se agravan con la crisis climática, la inseguridad alimentaria y otras problemáticas. Hace un par de semanas, el número de personas refugiadas y desplazadas en el mundo llegó a 100 millones por primera vez desde que se empezó a llevar un registro de las cifras, que se mantienen al alza y que, sin duda, han incrementado por la crisis en Ucrania.
Por ese motivo, sugerí estar hoy aquí, en Abiyán, en el Día Mundial del Refugiado, para reconocer la diferencia que han marcado usted, señor Presidente, el Gobierno, la población de Côte d’Ivoire, así como los gobiernos y la ciudadanía de África Occidental. Esta diferencia constituye un ejemplo de investigación, estabilidad y voluntad política para resolver el exilio de Côte d’Ivoire.
Estoy aquí, señor Presidente, para decir fuerte y claro que se trata de un ejemplo que esperamos que se replique. Aquí hay pruebas concretas que, por un lado, demuestran que no son inevitables ni la terrible cifra de 100 millones ni todo lo que ella representa; y, por otro, hacen patente que podemos lograr que las cifras disminuyan, que las personas refugiadas puedan retornar a casa y participar en el desarrollo de sus países.
Los desafíos que enfrentarán, señor Presidente y miembros del Gobierno, siguen siendo considerables en un mundo tan inestable que se ha debilitado con la pandemia y la guerra en Ucrania, un hecho devastador para la población de ese país, pero, como se sabe, con consecuencias para el resto del mundo.
Infortunadamente, con esta crisis corremos el riesgo de olvidarnos de otras, también graves, que derivan en desplazamiento. Usted cuenta con pruebas de ello, incluso aquí, mientras da la bienvenida a personas refugiadas de Burkina Faso. Por otra parte, quisiera agradecer que haya aprobado una ley tan importante en materia de asilo.
Aunque a menor escala, sus hermanas y hermanos retornados también harán frente a los desafíos: su reintegración será prolongada y, en ocasiones, compleja; además, requerirá de atención y recursos para ser sostenible. Sin embargo, confío plenamente en la determinación y la voluntad que tiene el Gobierno de Côte d’Ivoire para alcanzar el éxito.
A continuación, señor Presidente, citaré textualmente a una mujer repatriada con quien me entrevisté antier. Ella dijo: “No es fácil volver a casa veinte años después, pero no es tan difícil porque estoy otra vez en casa”. Ese es el motivo por el cual estoy aquí, para recalcar que es posible encontrar soluciones y para instar a las personas en el exilio, quienes siguen sufriendo en distintas partes del mundo, a que no se den por vencidas ni pierdan la esperanza.
Muchas gracias, señor Presidente, por haber asumido este desafío. Muchas gracias por haberlo hecho con una visión desde nuestro primer encuentro en Addis Ababa, si no me equivoco, hace un par de años.
Muchas gracias a los países de la región por el papel pragmático y humanitario que han tenido de manera simultánea. Muchas gracias a las propias personas refugiadas, antiguas refugiadas y, sin duda, a las personas retornadas por la resiliencia y la perseverancia que han mostrado en el exilio, valores que les permitieron prepararse para este día de retorno.
Agradezco también a mis colegas, nuestros socios y nuestros generosos donantes; todos los factores son clave en este logro. Si me lo permiten, podría decirse que escribimos una pequeña página de la historia; y, en este Día Mundial del Refugiado, debemos esperar que otros sigan los mismos pasos con el propósito de que todas las personas refugiadas dejen de serlo.
Les deseo un feliz Día Mundial del Refugiado.