Cartagena +40
Cartagena +40
1984-2024
La Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984 es uno de los instrumentos jurídicos más importantes de las últimas décadas en materia de protección y soluciones en América Latina y el Caribe. Marcó un hito en la generosa tradición de solidaridad, asilo y protección de las personas refugiadas, consolidando la cooperación en la región.
Con su adopción nació el Proceso de Cartagena, un modelo pionero de colaboración regional y de responsabilidad compartida que se enfoca en la promoción de soluciones. Desde 2004, la región ha adoptado planes de acción decenales – en concreto, el Plan de Acción de México de 2004 y el Plan de Acción de Brasil de 2014 – para abordar los desafíos cambiantes del desplazamiento.
En 2024 se cumple el 40 aniversario de la Declaración de Cartagena, que dará lugar al proceso de Cartagena+40, por el cual los países de América Latina y el Caribe trabajarán conjuntamente hacia la adopción de un nuevo plan estratégico regional: la Declaración y el Plan de Acción de Chile 2024-2034.
Este plan de diez años constituirá una aplicación adaptada del Pacto Mundial sobre los Refugiados y mantendrá la fidelidad a los principios de solidaridad y cooperación, al espíritu humanitario y apolítico, así como al carácter pragmático y visionario que han caracterizado al Proceso de Cartagena a lo largo de su historia.
Avances y resultados del Plan de Acción de Brasil: 2014-2024
La década 2014-2023 da cuenta de un contexto extremadamente exigente para los países de origen, tránsito y destino, circunstancias que pueden considerarse alarmantes por la proporción de las necesidades específicas y de protección internacional que han debido atender, y por la creciente y urgente necesidad de fortalecer las soluciones duraderas, los mecanismos de coexistencia pacífica, la cooperación y solidaridad en el continente.
El Plan de Acción de Brasil y las demás iniciativas o mecanismos globales, regionales y subregionales creados o fortalecidos en la región en la última década han entregado sólidas herramientas para apoyar a los países a enfrentar estos desafíos.
El Plan de Acción de Brasil constituyó un marco flexible que permitió a los países – muchos de ellos enfrentados a retos hasta antes desconocidos – a adaptar sus sistemas de asilo, en muchas ocasiones de manera revolucionaria, y con modificaciones que implicaron verdaderos cambios de paradigma.